Acequias: el poder del agua en La Alpujarra

¿Conoces el poder de las acequias de La Alpujarra? Te contamos cómo actúan estas acequias en La Alpujarra y en el medio ambiente.

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Hay quienes aseguran que el agua va a convertirse en el próximo petróleo. El cambio climático no es ajeno a La Alpujarra ni al proceso de desertización que está sufriendo Granada, sin embargo, el poder del agua en La Alpujarra tiene nombre propio: acequias.

Recuerdo las botas de regar y la azada de mi abuelo junto al quicio de la puerta. El color verde de la goma con restos de barro oscuro parecía anunciar que así se vería la tierra tras saciar su sed.

Todavía puedo revivir, sin ni siquiera cerrar los ojos, esas tardes de verano en las que nos quedábamos a dormir en el cortijo porque “tocaba regar”. Las conversaciones de unos vecinos con otros anunciando a qué hora llegaría el agua. Linternas de petaca que tintineaban abrazadas por el olor a limones, naranjos y olivos. El sonido de las pequeñas compuertas de metal anunciando, por fin, el cascabeleo de uno de los mayores tesoros de la zona: el agua del deshielo de Sierra Nevada.

Comunidades de regantes de La Alpujarra

Esas noches y días siguen repitiéndose a lo largo de toda La Alpujarra gracias a las comunidades de regantes, vecinos y voluntarios que miman un enclave natural único. Un trabajo que permite que, tanto visitantes como locales, disfrutemos de una Alpujarra verde que rezuma vida y esperanza.

Hace más de mil años, cuando los agricultores de entonces crearon este sistema de acequias para dar de beber al campo, seguramente no imaginaron el impacto medioambiental que supondría ahora estas carreteras del agua.

Y es que, gracias a ellas, La Alpujarra se mantiene firme ante un panorama cada vez más árido y desafiante. Este sistema de acequias se ha convertido en el más antiguo de toda Europa, incluso la ONU ha reconocido la importancia del sistema de las acequias declarando ICCA (Área Conservada por las Comunidades Locales y Pueblos Indígenas) a la Comunidad de Regantes de Cáñar-Barjas, siendo la primera comunidad de regantes del mundo en obtener esta distinción.

Comunidad de regantes de Órgiva, Acequias de La Alpujarra
Fuente: Comunidad de regantes de Órgiva

Las acequias de careo en La Alpujarra

Una de las claves del éxito de las acequias en La Alpujarra es que no solo se encauza el agua del deshielo de Sierra Nevada para aprovecharla de una forma más eficiente, sino que se recargan los acuíferos permitiendo así que el agua acumulada en las cumbres, en forma de nieve durante el invierno, persista hasta el verano.

A este sistema se le conoce como acequias de careo. En cuanto la estación más seca y calurosa se despide de esta tierra, arranca al arduo trabajo de las comunidades de regantes para que el ciclo del agua no deje de brotar.

El primer paso es limpiar las acequias, quitar todos los despojos que puedan taponarlas provocando que el agua quede estancada o tome otro curso con el que no poder aprovecharla. Y no solo en las zonas más altas de La Alpujarra es importante esta limpieza, también dentro de los propios cortijos y huertas.

Una vez limpias las acequias, hay que tratarlas con mimo, guiarlas sin enturbiar ni echar a perder el agua. Todavía quedan algunas acequias de careo inactivas, tampoco todas cuentan con una comunidad de regantes detrás. De ahí la importancia de los programas de recuperación que se pusieron en marcha hace unos años, muchos de ellos en colaboración con la Universidad de Granada.

Proteger las acequias en La Alpujarra

Que no se conozca una realidad no implica que esta no exista. Durante los años en los que vi a mi abuelo cuidar de su finca como si fuera otra hija y, más adelante, cuando conocí el poder de las acequias de La Alpujarra a través de otras historias; comprendí que solo aquello que se difunde termina por generar el interés suficiente como para protegerse.

Damos por hecho que siempre tendremos agua con gestos tan sencillos como abrir un grifo. Sin embargo, la sequía que asola cada vez más partes de España y de la que Granada no es ajena en los últimos años, nos ha llevado a prestar más atención.

Cuidar y respetar el medio en el que nos encontremos es responsabilidad de todos, incluso de quien solo está de paso. De ahí que actividades como las rutas de senderismo y la divulgación sean también claves en la recuperación de las acequias de La Alpujarra.

Recorrer los distintos senderos de las acequias no solo brinda imágenes que se quedan grabadas en la retina y congelan el tiempo ante su imponente belleza, también nos recuerdan que, sin esas carreteras del agua, ese paisaje que veneramos y que conquista a cualquiera que tenga la suerte de pisarlo, se perdería.

Algunas de las rutas más conocidas son el sendero de las acequias de Mecina Bombarón o las del Barranco del Poqueira.

Comunidad de regantes de Órgiva, Acequias de La Alpujarra
Fuente: Comunidad de regantes de Órgiva

Cómo ayudar a la conservación de las acequias

Es fácil caer en la tentación de pensar que, si no eres agricultor o regante de La Alpujarra, la conservación de las acequias no es tu problema. Todo lo contrario.

Cada acción que se comete en un entorno conlleva una consecuencia. Se puede pasar de recorrer una ruta de senderismo en la que se deje una huella de residuos que contaminen el agua, a dejar el camino igual o más limpio que estaba.

Se puede hacer un uso respetuoso en duchas o piscinas, a despilfarrar el agua con la firme convicción de que nunca tendrá fin.

Construyamos juntos, tanto locales como visitantes, una Alpujarra más verde, limpia y fuerte. Hagamos que nuestras acciones sumen al trabajo que realizan las comunidades de regantes y los voluntarios para recuperar las acequias de careo y no a ponerles más frenos en el camino.

Consigamos, como hicieron los agricultores de hace miles de años, que las decisiones que tomamos hoy ayuden a que la belleza y poder ecológico de La Alpujarra no muera de sed.

Amor y luz.

Beatriz Fiore

Escritora

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