La provincia de Almería cuenta con una rica historia y paisajes espectaculares de contrastada belleza: playas, sierras interiores y costeras, tres Parques Naturales: Sierra Nevada, Sierra María-Los Vélez y Cabo de Gata-Níjar; así como el desierto de Tabernas, único desierto catalogado en Europa.
El cultivo del viñedo se remonta a la época romana, el “Portus Magnus” era desde donde se comerciaba con el Mediterráneo. Durante la dominación musulmana cobró mas importancia y prosperidad, señalando en las crónicas de la época, que un gran número de posadas pagaban el impuesto del vino. También tenía gran importancia el cultivo de la uva de mesa.
Tras la conquista de los Reyes Católicos, se produjeron innumerables cambios, el cultivo de la vid se continuó en parrales (uva de mesa) y se introdujo la plantación de viñas, según las costumbres de los nuevos pobladores cristianos que repoblaron la zona y usaban para la producción de vino.
Antes de centrarnos en los vinos de Almería, debemos señalar la importancia que tuvo la uva de Ohanes o uva de Almería. Esta variedad de uva de mesa fue una de las principales fuentes económicas de la provincia. A principio del S.XIX se comenzó a exportar a Inglaterra, Alemania, Estados Unidos o países escandinavos entre otros. A finales de los años 70, por distintas causas se produjo el declive de este cultivo.
La orografía de los vinos de Almería nos invita a recorrer sierras, valles, riberas e incluso un desierto. El clima es muy variado también, produciéndose contrastes estacionales y oscilaciones térmicas acusadas. Las pequeñas bodegas familiares y cooperativas, se encargan de cultivar un viñedo con esfuerzo y tesón para producir unos vinos de calidad que son un tesoro por descubrir.
La provincia de Almería posee cinco Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), las cuales amparan y garantizan la calidad de los vinos acogidos en dichos sellos de calidad. Estas son:
- Norte de Almería.
- Desierto de Almería.
- Ribera de Andarax.
- Sierra de las Estancias y Filabres.
- Laujar-Alpujarra.
NORTE DE ALMERÍA
La zona geográfica se conoce como comarca de los Vélez por su origen histórico ligado al antiguo marquesado castellano.
Los municipios incluidos son Chirivel, María, Vélez Blanco y Vélez Rubio.
Se elaboran vinos blancos, rosados y tintos.
DESIERTO DE ALMERÍA
La zona geográfica está protegida debido a las especiales condiciones geoclimáticas del Desierto. Esto ha hecho que los vitivinicultores hayan tenido que adaptarse al entorno para la elaboración de sus vinos de calidad.
Está delimitada por la Sierra de Alhamilla, la Sierra de Cabrera y el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
Sus viñedos se extienden en pleno desierto de Almería, a una altitud media de 525 metros sobre el nivel del mar. Los suelos y el choque climático del desierto, con días cálidos y noches frescas confieren características especiales a sus vinos. Se elaboran blancos, rosados y tintos.
RIBERA DE ANDARAX
La zona se encuentra en el entorno de la Sierra de Gador. Se han encontrado restos del S. XVI que reseñan el cultivo de viñedo y la elaboración de vinos para consumo local. A pesar de la crisis de la filoxera y la producción de uva de mesa en parral, el vino siguió arraigado en los pueblos de la zona.
La zona vitícola de la Ribera del Andarax se encuentra en el curso medio del río y la mayoría de los viñedos se extienden entre los 700 y los 900 metros de altitud. Los suelos son de pizarra, arcilla y arenisca.
La indicación geográfica ampara a 21 municipios de la provincia de Almería. Esta es la zona de producción de la uva de mesa de Ohanes, en honor al municipio del que es originaria.
Se elaboran blancos, tintos y rosados.
SIERRA DE LAS ESTANCIAS Y FILABRES
La zona se encuentra delimitada por las dos sierras, Sierra de las Estancias al norte y Sierra de Filabres al sur. La zona de producción y elaboración incluye los 26 municipios del Valle del Almanzora. Los viñedos están a una altitud entre 800 y 1.200 metros. Aquí también han convivido los parrales de uva de mesa con los viñedos de vino. Se elaboran blancos, rosados y tintos.
LAUJAR-ALPUJARRA
La Alpujarra almeriense se encuentra entre Sierra Nevada y la Sierra de Gador.
Los vinos de esta zona obtuvieron su sello de calidad el 22 de abril de 2004, avalando así la vinculación histórica del cultivo del viñedo y la elaboración de vinos con especiales y reconocidas características.
Los tres municipios protegidos por la IGP Laujar-Alpujarra son:
Alcolea, Fondón y Laujar de Andarax.
Los viñedos se cultivan entre 700 y 1000 metros de altitud. El clima tiene los veranos calurosos y los inviernos fríos y secos. La oscilación térmica entre el día y la noche favorece el cultivo de la vid.
Las variedades cultivadas son:
- Variedades de uvas blancas: Jaén blanco, Macabeo, Chardonnay, Vijiriega, Pedro Ximénez, Moscatel de grano menudo y Viognier.
- Variedades de uvas tintas: Cabernet Sauvignon, Merlot, Monastrell, Tempranillo, Garnacha tinta, Pinot noir, Petit Verdot y Syrah.
La formación y conducción de las cepas se realiza en vaso o en espaldera.
Los viñedos en vaso suelen ser los más antiguos mientras que la espaldera predomina en viñedos nuevos.
El rendimiento por hectárea ha de ser inferior a 10.000 kg por hectárea y año en variedades blancas y 8.500 kg por hectárea y año en variedades tintas. La prácticas de abonado, riego y aplicación de herbicidas también están reguladas en el pliego de condiciones de la IGP.
Tras la vendimia, la uva llega a la bodega donde comienza el proceso de elaboración. Los tipos de vinos que se producen en la Alpujarra almeriense son:
– Vinos blancos:
De color amarillo pálido, brillante, con aromas primarios florales y frutales, conseguidos con una fermentación controlada a baja temperatura. En boca son equilibrados, afrutados y agradables, con la acidez integrada y un final fresco y limpio.
– Vinos Rosados:
De color intenso rosa frambuesa, brillante, aromas frutales y florales. En boca son frescos, sabrosos y muy equilibrados.
– Tintos jóvenes:
Son limpios e intensos, con aromas a fruta madura. De color muy vivo e intenso, equilibrados y frescos en boca.
– Tintos con envejecimiento:
De color rojo cereza intensos. Aromas de fruta madura integrada con los especiados y de vainilla de la crianza en roble. En boca muy persistente, con gran cuerpo. Acidez y tanicidad rica y equilibrada, con un final aterciopelado y retrogusto muy largo y sabroso.
Estos vinos recogen la esencia de un paisaje y de unas gentes amables. Un secreto escondido entre valles y montañas que ha de ser desvelado a pequeños sorbos, escuchando el silencio que todo lo envuelve.
La Alpujarra almeriense y sus pueblos, con una rica historia e ilustre pasado, se ha dado a conocer también como la tierra de los tres líquidos: agua, vino y aceite. La gastronomía que ha conservado elementos de cocina morisca y cristiana, nos invita a disfrutar del placer de la mesa con un buen vino.
No podemos finalizar sin recordar las palabras del poeta lujarreño Francisco Villaespesa, cuya obra estuvo marcada por su amor por la Alpujarra.
“ Frescura matutina del paisaje…
Verdores temblorosos del rocío…
A veces bajo el túnel del ramaje
brilla al sol la serpiente azul del río…
Hay olor de vendimia en los parrales.
Un silencio de paz duerme en la aldea…
Sólo algún perro ladra en los umbrales
del viejo hogar madrugador que humea.
En la azul palidez de la mañana,
cerrada para siempre la ventana
de las nocturnas citas…
¡Con sus hojas
dosel la enredadera le tejía,
y su pálido rostro sonreía
entre un temblor de campanillas rojas! “.
La Alpujarra es un destino que nos atrapa, donde la vida transcurre en armonía con la naturaleza y el tiempo parece detenerse. Salud y a disfrutar!.
Ingeniera Agrónoma. WSET 2.