La provincia de Granada cuenta con innumerables maravillas y una historia rica en hazañas. Vamos a descubrir una de sus joyas gastronómicas enclavadas en uno de los paisajes más hermosos que se puedan visitar: los vinos de la Alpujarra.
Origen de los vinos de la Alpujarra
El cultivo de la vid en la provincia de Granada se remonta al tiempo de los romanos. En los restos arqueológicos de la villa de Molvízar, en el sitio conocido como la Loma de Ceres, se encontraron los restos de un lagar donde se pisaba y elaboraba el vino, así como un almacén para guardar las ánforas.
Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos, Juana de Castilla concede un Privilegio Real a la ciudad de Granada para que en ella solo se bebiera el vino producido en las tres leguas a la redonda de la ciudad. Esta norma estuvo vigente durante 300 años.
Entre los siglos XVIII y XIX, la expansión de la población alpujarreña, hizo que el viñedo se convirtiera en el principal cultivo de la zona, especialmente en la Contraviesa.
Para los vinos originarios de esta comarca, se estableció la denominación “Vino de la Tierra Contraviesa-Alpujarra”, que fue reconocida en 1992, tras la petición realizada por la Asociación Comarcal de Cosecheros y Productores de vino. En 2018, la Junta de Andalucía ratificó la gran calidad y la historia de los vinos granadinos concediendo la Denominación de Origen Protegida.
La excepcional orografía de la provincia hace que la mitad de los viñedos se cultiven a más de 1.000 metros de altitud. Esto hace que los vinos de la Alpujarra sean los de mayor altitud de toda Europa, los que reciben el mayor número de horas de sol de España y los más meridionales.
Todo ello, junto con el clima mediterráneo de influencias continentales y de montaña por Sierra Nevada, hace que los vinos de la Alpujarra tengan unas características de gran calidad que atrae cada vez a más público.
Indicaciones Geográficas Protegidas de los vinos de la Alpujarra
Para entender mejor la importancia del sector vitivinícola en la provincia, debemos señalar que además de la Denominación de Origen Protegida (DOP) que ampara y garantiza la calidad de los vinos acogidos a este sello de calidad, posee tres Indicaciones de Geográficas Protegidas (IGP):
- Vino de la Tierra del Altiplano de Sierra Nevada.
- Vino de las Cumbres del Guadalfeo.
- Vino de las laderas del Genil.
La DOP Granada abarca los 174 términos municipales de la provincia y destacan de manera especial los de la subzona Contraviesa-Alpujarra:
Albondón, Albuñol, Almegijar, Cádiar, Cástaras, Lobras, Murtas, Polopos, Rubite, Sorvilán, Torvizcón, Turón y Ugíjar.
El cultivo del viñedo llegó a ocupar una superficie de 40.000 has a finales del S. XIX. La llegada de la plaga de la filoxera a Andalucía hizo que el mapa vitícola de la región cambiara radicalmente. El ataque fue especialmente virulento en Málaga, en la vega de Granada y en la Alpujarra, donde era el principal cultivo.
Con el problema de la filoxera y el abandono de las tierras de cultivo, actualmente la superficie supera las 300 has inscritas. La recuperación de las tierras de cultivo permitirá continuar con una actividad agrícola sostenible medioambientalmente, que genera empleo y fija población en el área rural.
Variedades de uva
Las variedades de uva que se cultivan actualmente en la zona de la Contraviesa-Alpujarra incluyen variedades autóctonas y foráneas. Las variedades autóctonas son variedades locales españolas frente a las foráneas que son variedades importadas, principalmente de Francia.
- Variedades Blancas: Vijiriego, Moscatel, Pedro Ximenez, Baladí Verdejo, Sauvignon Blanc y Chardonnay.
- Variedades Tintas: Tempranillo, Garnacha Tinta, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Syrah, Pinot Noir, y Petit Verdot.
Debemos destacar la labor de recuperación de la joya autóctona que es la Vijiriega o vigiriega. Esta variedad de vid solo se cultiva en Granada (Sierra de la Contraviesa –La Alpujarra–) y en Canarias (El Hierro, Tenerife). Esta uva era cultivada en toda Andalucía antes de la epidemia de filoxera en el último cuarto del siglo XIX.
La cepa vigiriega es muy vigorosa y rastrera, resistente y altamente productiva; produce racimos de mediano tamaño, poco apretados y de granos gordos. La uva, casi redonda y de color blanco-verdoso, era consumida antiguamente como uva de mesa. Su zumo es rico en azúcares y acidez, resultando especialmente apto para la elaboración de vino espumoso natural.
Normativa de los viñedos DOP Granada
El cultivo de la vid está sujeto a las restricciones normativas. En el caso de los viñedos inscritos en la DOP Granada, han de cumplir las siguientes premisas:
Las variedades tintas y las blancas tendrán una densidad de plantación que podrá oscilar, en función de los terrenos, las variedades y los sistemas de formación, entre 1.500 y 5.000 cepas por hectárea.
La formación de la cepa y su conducción se hace en función de los suelos y condiciones técnicas de cada viñedo. La finalidad es cumplir con lo establecido en cuanto a las producciones máximas admitidas. Esta producción por hectárea igualmente está sujeta a normativa reguladora.
La formación y conducción de las cepas se realiza en vaso y sus variantes, o en espaldera. Los viñedos en vaso es la forma más tradicional y antigua de la conducción de la viña, además de ser más longevos que los de espaldera, que predominan en viñedos nuevos. Una de las diferencias más destacables son que las cepas en vaso no cuentan con ningún tipo de alambre o cordón para guiar los brazos de la planta, algo que sí sucede con las de espaldera.
En el caso de vaso, las viñas crecen libremente, adquiriendo esa forma redondeada y suelen ser más bajas. Su mantenimiento exige más trabajo ya que todo se realiza de manera manual.
Las viñas en espaldera tienen una definición más lineal. Esto es por la sujeción de los brazos de la cepa a través de alambres y postes. Los viñedos en espaldera están dispuestos en calles, lo cual, supone una gran ayuda a la hora de mecanizar ciertos procesos como, por ejemplo, el riego o vendimiar.
La influencia del clima en los vinos de la Alpujarra
El clima es otro factor determinante en la calidad de los vinos de la Alpujarra.
La altitud sobre el nivel del mar hace que la media anual de las temperaturas sea baja. Esto se traduce en los siguientes beneficios:
- Se retrasa el ciclo vegetativo del viñedo, haciendo que la maduración ocurra entre finales de agosto y principios de octubre. Esta maduración es más lenta y uniforme.
- El salto térmico entre las temperaturas máximas y mínimas favorece también la maduración del hollejo y las semillas, clave en la acumulación de los polifenoles, moléculas responsables del color y la estructura del vino.
La unión armónica del clima, del cultivo y del hombre que trabaja en la Alpujarra tiene su recompensa en la vendimia. Este es un momento fundamental que remata todo un año de dedicación y esfuerzo. Siempre pendientes de la viña y por fin llega el momento de cortar la uva. Esta actividad se vive intensamente en los pueblos, donde aún es posible ver el ir y venir de mulos con sus angarillas cargadas de uva.
La vendimia se realiza con el mayor esmero, de forma manual, solo se recogen las uvas sanas con el grado de madurez necesario y separando todas aquellas que no estén en perfectas condiciones.
En la subzona Contraviesa-Alpujarra, la vendimia y el transporte a la bodega se realiza en envases, de material impermeable, rígido, abiertos y de fácil limpieza, cuyo peso lleno no debe superar los 30 Kg. No se usan sacos de cualquier material ya que perjudica la calidad enormemente.
Principales tipos de vinos de la Alpujarra
Una vez que llegan las uvas a la bodega comienza la magia de la elaboración. Se decide el destino de esos frutos de la tierra que pueden darnos vinos de los siguientes tipos:
- Vinos blancos, rosados y tintos: que podrán ser secos, semisecos, semidulces y dulces, según el contenido en azúcar residual.
- Vinos espumosos y vinos espumosos de calidad: podrán ser según su contenido en azúcar, brut nature, extra brut, brut, extra seco, seco, semiseco y dulce.
- Vinos naturalmente dulces o de vendimia tardía, de uva sobremadurada sin aumento artificial de su graduación y con el alcohol procedente en su totalidad de la fermentación.
Por último, mencionar también el gran valor de los vinos ecológicos de la Alpujarra. Como podemos apreciar, esta zona es generosa en cuanto a los tipos de vinos que nos ofrece y la calidad de los mismos. Todos ellos alcanzan el grado alcohólico suficiente en la maduración de la uva. El grado alcohólico adquirido oscila entre los 11 % vol. en los vinos blancos, 12 % vol. en los rosados y 13 % vol. en los tintos, incluso en algunos años se han alcanzado los 16% vol. en los tintos.
No podemos olvidarnos en este paseo por los vinos de la Alpujarra, de un vino popular, que se elabora de manera artesanal en las casas y que es motivo de orgullo de cada productor: el vino costa. En este vino se emplean a la vez diferentes variedades de uvas tintas y blancas mezcladas. El color varía, en ocasiones tiene un color más próximo a un rosado que a un clarete. Un trocito de la alpujarra en cada copa y de la generosidad de sus gentes.
La Alpujarra, sus paisajes, sus vinos y sus gentes, hacen que sea un destino obligado para los amantes de las experiencias auténticas. El tiempo parece detenerse cuando contemplamos una puesta de sol con una copa de vino alpujarreño en la mano. Tenemos mucho donde elegir y disfrutar.
Ana B. Salgado Folgueral.
Ingeniera Agrónoma. WSET 2.